lunes, 1 de diciembre de 2014

Sin la dieta, por qué me van a preguntar?

Como siempre, mi vida giró en torno a las dietas. De hecho, la primera vez que hago un blog en mi vida, es para hablar de mi supuesta relación con Ravenna (que duró como un noviazgo a los 15 años.....). Todo fue así, siempre, desde los doce cuando por primera vez en mi vida todos podían comer de todo y yo, solamente acelga! Una mierda, teniendo en cuenta que a los doce, la cabeza no está muy lista para eso. Recuerdo haber ido a ALCO (que muchos llaman gordos anónimos, porque lo piensan como el equivalente de alcohólicos anónimos pero de la comida), cuando era una nena, el grupo se llamaba Alquitos (?). Recuerdo un nene muy gordo, más gordo que yo, diciendo que cuando su mamá le daba de comer hígado, el se imaginaba que comía dulce de leche. Pobrecito!!!!! Así es la vida eterna del gordo, que come tres kani kamas, esperando que cuando esté flaco, pueda comerse esa media res al asador que tanto ansía. Es una contínua espera de algo que, quizá no llegue nunca. Porque nunca se está tan flaco como uno desea, y viene satanás, en medio de los kani kamas y nos dice, dale, gordi, dale, comete una milanesa con fritas, que no te va a hacer nada! Si total te estás cuidando..... Y paf. Ya la cagamos, y como nos comimos la milanesa, aprovechamos para tomarnos un cuarto de helado de limón, que es digestivo, y ese pedazo de cheescake, que se ve tan rico, y que no puede hacer tan mal, si está hecho con queso crema........
Así siempre. Sin parar ni un día. Porque después del atracón, viene la culpa, la promesa, el comienzo del día con una naranja y la cena con dos choripanes con cerveza, si total, ya la cagué a la tarde.
BASTA! Por suerte, por casualidad o lo que sea, me crucé con Lola, a quien ya les mencioné. Lo que plantea tiene lógica, sobre todo, porque cuando uno lo pone en práctica, o al menos me sucede a mí, el cuerpo no me pide que me coma una vaca cruda: me pide cosas sanas en general. Entonces, cambiamos de estrategia. Aguzaré mi oído para escucharme y disfrutar. Sin culpa. Sin miedo. Porque lo que deba ser, será y eso es siempre así.
Le pedí a mi hermana los datos de su nutri, para sacar un turno. Es una época bien difícil para empezar una dieta: 12890 cenas de despedida del año (casi como si fuese el fin del mundo), celebraciones, alcohol, etc etc. Voy a intentar el camino Zen del autoconocimiento. No hacer lo que alguien me diga, más que mi cuerpo. Voy a volver a anotar en el blog, qué marca mi balanza, quizá esta ves nos hagamos amigas. Quizá aprenda quien soy realmente, sin una dieta delante que me defienda del mundo. Eureka!
Es un nuevo camino en verdad, y estoy segura de que va a ir muy bien!!!!!

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