miércoles, 15 de octubre de 2014

Esperando salir del closet

La que diga que no tiene al menos uno, guardado muy escondido en el placard, está mintiendo. Porque forman parte de la esperanza diaria de adelgazar, verse mejor, y además de todo, volver a usarlos.
Y sí, señores, estoy hablándoles de esos jeans, o de alguna prenda que nos hizo sentir tan pero tan bien, y que en algún momento dejó de entrarnos, así, como por arte de magia.
Yo tengo todavía mis jeans talle 40 con los que me sentía una perra. Me veía esplendorosa, me sentía Mónica Belucci con ellos! También tengo muchas prendas de la misma época, porque evidentemente, mi consumismo es inversamente proporcional a los kilos que se van. Tengo trajecitos hermosos, camisas para soñar, hasta una pollera que ya pasó de moda, pero que compré con la firme esperanza de usarla en unos dos o tres meses posteriores a la compra. Muchas de esas prendas esperaron un tiempo prudencial, y fueron regaladas, pensando que cuando estuviese bien, en el peso deseado y posible, ya habrían pasado de moda.
Casi la mayoría se fue, pero no ese jean. Ese jean sigue intacto, guardado como el más preciado tesoro, esperando el momento en que estos pétalos adicionales se retiren para que la rosa más esbelta salga a la luz.  Esos jeans son el testimonio de que una vez pude, y de que voy a poder otra vez.
La estrategia de comprar para que la ropa sea el incentivo para sacarme esos kilates que me sobran, no me funciona. Hoy elijo comprar lo que me gusta y me queda bien. Porque hoy me conozco, y sé qué es lo que me favorece. Hoy me acepto y busco estar más sana, busco el equilibrio que algún día me llevará a entrar de nuevo en esos jeans, que seguramente  estén fuera de foco en la moda del momento, pero que para mí, van a seguir siendo los más geniales de la tierra!

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