jueves, 23 de octubre de 2014

La más chica con el corazón roto

Qué difícil es ver sufrir a quien uno ama. La más pequeña de la familia sufre, porque le rompieron su corazoncito. Es tan difícil no poder calmarla, o hacerle entender que lo que sufre hoy le va a permitir estar mejor mañana. Pero cuando por primera vez en la vida te rompen el corazón, el dolor es tan grande que parece que vas a morir. Sentís que nunca la vida va a volver a tener sentido, y que a pesar del dolor, esa persona vale la pena como para pelear contra todos los ejércitos de la batalla final del señor de los anillos.No querés hacer nada más que sufrir, y todo vale para eso en ese momento: poner 150 veces Creep de Radiohead, escuchar la canción más estúpida del mundo de Miranda y ponerte a llorar en la cola de un supermercado, porque en la caja está la golosina que te regalaba. Todo vale. Pero es algo que siempre, casi todos los mortales tenemos que vivir. La primera vez que me dejaron, y la única, no porque sea una campeona del amor, sino porque en mi vida tuve un solo novio y después conocí al hombre de mi vida, fue tremenda. Sentí que me desacomodaban el suelo, y lo peor de todo es que no entendí porqué me dejaba. Usó una de esas excusas idiotas que van a seguir usándose hasta dentro de 20 siglos más: todo fue demasiado rápido, estoy confundido. Cosas incomprensibles de la mente humana, porque su confusión era bien idiota, todo estaba bien y él quería dejarme. Cosas imperdonables además. Porque después volvimos, no porque yo lo buscase, sino porque entendió que estaba bien estar conmigo, pese a la velocidad de la relación. Lo triste, es que uno queda herido, marcado como un jarrón que se hizo mierda y que porque nos gusta, o porque lo queremos ahí, a pesar de todo, lo reparamos. Lo pegamos, queda casi igual que antes, pero está roto, se le notan las marcas. Lo peor de esa vuelta, fue que tenía final anunciado. Una amiga me decía, no vuelvas, porque vas a vengarte en algún momento. Yo no la escuché, y tenía toda la razón: la nueva ruptura fue con dolor, no para mí, pero mucho dolor para él y la herida narcisista de saber que tu chica no solo ya no te ama, sino que ama a otro. Una mierda.
Que una pareja se desarme, pasa y siempre hay uno que sufre más. Hoy la más chiquita, sufre, y me da bronca no poder trasmitirle nada de lo que aprendí después de esa relación. Aprendí que el que te ama no te hace sufrir, que el que te ama celebra cada minuto juntos, que no te busca defectos, que no busca cambiarte, que solo te ayuda a mejorar, y te alienta a ser libre y feliz, todo lo feliz que se pueda, en cualquier situación. Eso es el amor, para mí. Después de tanto camino recorrido, sé que tuve la suerte de conocerlo en persona, que puedo morir hoy y saber que fui amada y que amé de la mejor manera posible.
Me duele su dolor, pero sé que es un dolor sano, que va a pasar y que va a fortalecerla, porque nadie sale igual de algo así, de un sufrimiento en carne viva, que te deja una huella. Pero esa huella tiene que servir para que con mucha más fuerza, empecemos a amarnos a nosotros mismos, para dejar después que alguien nos ame como nos merecemos.
Ya pasa chiquita, esto es solo el comienzo de una cantidad enorme de cosas hermosas que la vida tiene preparadas para vos!

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