viernes, 4 de abril de 2014

A pesar de los kilos, se están acomodando las ideas

Día normal de dieta, quizá esté aumentando las porciones. La semana próxima voy a ponerme estricta, para verificar que pasa. Además intentaré hacer ejercicio de ese que acelera las pulsaciones, pilates es muy relajante pero efectivamente, no me está ayudando a bajar un gramo!
Creo que el éter responde al movimiento. Apenas comencé a hacer algo en favor de mis proyectos y de mis ganas, las cosas empiezan a cambiar y aparece en un horizonte que no se ve tan lejano.
Realmente, creo que este año no va a ser uno más en mi vida: las cosas que me joden la paciencia van a cambiar, pero no solitas, sino porque yo estoy moviendo este culo, laburando para que las cosas sucedan. Nada de pensamiento mágico religioso: Dios me dio dos brazos, dos piernas y un cerebro para que los use. Estoy en eso.
Pensaba también en la falta de energía que siempre tenemos los que estamos regordetes (sinónimo de mierda, ya vendrán mejores). Creo que casi sin dudas, la falta de ganas, el sueño constante, la pesadez hasta para caminar dos vueltas a la manzana, están relacionadas íntimamente con la frustración y el no hacer nada. Porque desde que todo esto comenzó, desde que empecé a vivir con Ravenna, tengo la conciencia tranquila de que no estoy cagándola con la comida al menos. Supero el sueño y me siento a escribir. Supero el sueño y voy a pilates. Supero el sueño y ordeno mi caótica casa. Supero el sueño y vivo, en vez de apagarme un rato y despertarme en medio de un estupor caluroso que da cuenta de que no hice nada. No quiero pasarme de mambo, porque en otra época, como buena compulsiva, no podía dormirme una siesta porque sentía que estaba perdiendo el tiempo. No. Eso de nuevo no. Porque es lo mismo, pero al revés (aunque claramente sea más productivo ser una musaraña inquieta que un mamut recostado en los brazos de Morfeo el 60% de su tiempo improductivo....)
Estoy tratando de ir en contra de todos mis yeites, aunque a veces me rompa las pelotas luchar contra mí todo el tiempo. Pero lucho, porque vale la pena ser una mejor yo, ser y sentirme mejor, hacer cosas para que mi vida cambie y sea diferente, moldearla y no solo esperar que la cosa suceda por sí misma.
Muchas veces hablamos del destino, pero el destino solito, sin una mano, no va a poder hacer una mierda.
La mala noticia, es que no logro superar mi odio extremo a planchar la ropa.....Seré una gorda más feliz, pero con la pilcha llena de arrugas!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario