lunes, 14 de abril de 2014

El lunes, día mágico para las dietas del mundo!

Claramente, el 98% de la gente comienza la dieta los lunes, promete el el mundo entero los lunes, la conducta nace los lunes. Como dije en otro post, esas promesas suelen ser tan endebles que se terminan rompiendo los martes, o a más tardar los miércoles. Triste pero cierto.
Hoy retomé la dieta que amablemente rompí el sábado a la noche. No comí como un cerdo el sábado, ayer comí mal y de mala calidad. Impresentable. Lo bueno es que se suma otra motivación a la dieta, además de una campera que no puedo estrenar, hermosa, hermosa, y que se está cagando de risa en el placard, ahora que hace frío. Sí señores, no me cierra por la panza! Se puede ser más decadente? La nueva motivación es que en noviembre se casa mi mejor amiga! No da salir en las fotos de una boda al lado de una novia chiquitita y flaquita, como un mamut enjaulado en un vestido y con los brazos de un marinero! Son todos microhumanos los que van a ir al casamiento, por lo que debo obligatoriamente hacer algo con este cuerpo. Quisiera saber que es lo que me pasa por la cabeza cagando la semana los fines de semana. Me encantaría. Estoy pensando seriamente en hacerme un bypass estomacal, o una lobotomía, porque la cabeza que tengo no está pensando en el momento de cagarla con la dieta. La cirugía de estómago garparía más, pero la verdad es que me da mucho miedo. También, como pasa con Ravenna, tengo conocidos que tienen un amigo al que lo operaron y está genial. Sigue dándome miedo. Sigue siendo un corte en una parte que ahora está entera y sana (llena de porquerías pero sana). Entonces vuelvo a la pregunta original y es, porque mierda la tengo que cagar cuando vengo bien? Va a ser un gran reto esta semana santa, llena de huevos, y roscas y todo, y yo acá, con medio palmito y un kanikama.
Resistiré?

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