viernes, 11 de abril de 2014

Largasiesta

Que genial es dormir la siesta. Tuve una reparación completa esta tarde, una siesta larga, de esas terribles que duran más de tres horas. Hermoso. Mi cuerpo lo necesitaba, sin ninguna duda. Ahora siento mi cabeza clara, como hace días no la tenía. Leía el otro día en una nota de Cormillot junior, que dormir lo correcto hace que el cuerpo queme más grasa. Error para mi. Yo soy como Neustad, que no apago más de 5 horas por día y realmente pienso que muchas veces el sobrepeso de verdad tiene que ver con una suma de factores. Dormir poco, comer mal, vivir estresado, no hacer ejercicio. Demasiado para un pobre cuerpo, creo.
Por otro lado, el día fue miti y miti. Medio día genial, medio día como el culo de Zulma Lobato. Tenía hambre a la tarde, y en vez de prepararme mi café con leche, comí harinas. Boba como siempre. Igual corto acá, porque de verdad me estoy dando cuenta de que las harinas me gustan pero me dañan. ¿pequeños cambios en la matrix? Ojalá, esperemos que si.
La vida vuelve a estar mas tranquila, por suerte. Las piezas se acomodan y se rearman para bien. Como cada vez que termina una tormenta, la vida tiene ese color hermoso y ese viento fresquito, renovado.
Estamos en una semana nostálgica con algunas amigas. Hoy pensábamos en la cantidad de tiempo que hace que no compartimos unos mates, que no nos sentamos a boludear largo y tendido, como a los 15 o 20 años. La vida, normalmente si uno intenta ser productivo, de a poquito y sin darnos cuenta nos va limitando a lo que debemos hacer, y muchas veces, las cosas que queremos hacer quedan en el puesto 90 de un ranking espantoso. Por eso es importante hacer lo que a uno le gusta para vivir, si es que tiene la chance. Porque pasamos en ello más del 60% del tiempo (los que tenemos suerte de que nuestro trabajo sea problema de otro, del patroncito!).  Voy a ir por el camino del cuentapropismo, y realmente, no se si estoy preparada. Pero necesito hacerlo ya, se me está pasando mi mejor tiempo para eso.
Son muchos los pendientes que hay y mucho todo lo que hay que hacer para que funcionen todos los sistemas. Pero tengo otra energía renovada, sabiendo que debo cada vez menos de las cosas que me propuse alguna vez: mi vida personal es feliz,  la dieta, estoy en el camino de las rosas amarillas, la carrera terminada, el trabajo, cumplido. Siempre vamos a tener algo que queremos y que no está, pero anhelar lo que no está siempre, es lo peor que puede pasarnos. Creo que con los años me voy volviendo un toque más budista de lo que creí que podía ser. Y es lo mejor, porque sino pregúntenle al burro, que tiene la zanahoria colgando adelante de su cabeza lo frustrante que es caminar y caminar, y nunca llegar a darle una mordida!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario