sábado, 19 de abril de 2014

La ropa está en orden

Es raro, porque debería sentir una de esas emociones que nacen desde adentro, una felicidad total: la  ropa arrugada ha desaparecido!!! Y ahora entiendo, porque detesto tanto las tareas hogareñas: son efímeras, mas que una florcita de esas que duran un solo día, terminaste todo, y a los 20 minutos ya hay alguna cosa tirada o alguien ensucio alguna cosa, y así, ad infinitum. Frustrante sobre todo, ya que es el cuento de la buena pipa, sin gracia. Y si tuviese una casa? Me muero de la angustia, no se termina nunca! Y pensando, me doy cuenta de que una idea similar puede ser la que se activa en mi cabeza respecto a la gordura: tal como dice todo el mundo, esto es hasta el final de los días, comiste de más, engordás, haces dieta, bajas, pero al menor descuido el cuerpo enojado guarda cada vez más, haciéndose el problema exponencialmente más grande con cada año que pasa. Podríamos entonces afirmar que ser gordo es una condena que no tiene fecha de vencimiento, lo lamento mucho querida, pero de esta jaula vas a salir con las patitas hacia adelante. Y eso sí que es una completa mierda, más que planchar. Una vez que tu cuerpo fue gordo, se va a acordar siempre y entonces que hacemos? Aunque vivamos luchando como un soldadito, la gordura nos va a seguir sobrevolando siniestramente, acechando nuestra torturada alma obesa que sufre ante un plato de pastas con bolognesa y sufre más ante un huevo duro con acelga hervida y sin sal, para no retener líquidos.
Calculo que si fuese más chica, y me quedara alguna inocencia respecto al tema, podría adoptar la dieta de moda y seguirla como si fuese el evangelio según San Lucas, sin cuestionar, y la cosa iría mejor. Pero estoy cagada: haciendo dietas intermitentes y variadísimas desde los doce años, casi que ya he visto todas las opciones. Y con toda esta experiencia dietética, con nutricionistas, con pseudo médicos al estilo Rímolo,  con un bestia que se decía homeópata y me daba anfetaminas a los 13, sé que la única forma de bajar es en el momento en que uno agarra el volante, y maneja hacia el objetivo, sin importar cumpleaños, fiestas, Pascuas, sin importar nada, derecho y sin paradas en ningún lugar para no perder de vista que la recompensa es tan gratificante que vale la pena. Sabiendo esto, que es lo que voy a hacer ahora?


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