jueves, 17 de abril de 2014

El flagelo del gorgojo

Antes de escribir estuve mirando el diccionario, para ver si estaba expresándome correctamente: es un flagelo lo que estoy padeciendo? Y hay dos acepciones que aplican en este caso, porque un flagelo es una cosa o suceso que resulta muy negativo para una persona o grupo, y un flagelo también es una especie de "colita" de células que algunos bichos usan para movilizarse en el agua. Tomá pá vó. Y siempre me río porque en general todos los gordos somos un poco gorgojos, harinodepentientes, amantes de la galletita, el medio kilo de pan para acompañar un almuerzo, como si el almuerzo se sintiese solo, hacedores de combinaciones que a quien no padece el flagelo le parecen inmundas, como pan con pepsi, o sandwiches de mayonesa (sí, solo de mayonesa, y no es autoreferencial).
Los gorgojos vivimos añorando despertar en un costal lleno de harina en el que comer, comer y comer, hasta reventar. Sufrimos abstinencias peores que las de los drogadictos si pasamos mas de dos días sin un toque de gluten, el frente de una panadería es casi como una ventana sin rejas para un preso. Patético.
Me encantaría una cirugía para que me extirparan la neurona cerebral que hace que tenga cada una cierta cantidad de horas el sindrome gorgojo. Pero no existe, y esto debe hacerse a pura voluntad y huevo, sin ningún aditivo, hacerse macho y largar las harinas para siempre. Pienso también, que si sistemáticamente fallo, debe ser porque no es para mí lo de Don Ravenna. Estoy pensando seriamente en cambiar a alguna otra cosa, aunque sepa que claramente la panacea dietética no existe. Gente que sí fue al centro se tomaba un permitido semanal, que podía ser un brownie con un capuccino o lo que más le gustase a cada uno, siempre bajo la atenta mirada de los compañeros de grupo, que supongo actuaban de reguladores de gula que todo gorgojo tiene en el momento de comenzar a comer la manzana de Eva que todos tenemos. Ravenna diría los alimentos adictivos. Un poeta diría mi némesis. Un lacaniano no diría nada, y vos con ganas de matarlo te preguntarías para que carajos estás ahí, y porqué te cobran. Diversidades.
Pero retomando la idea del principio, un flagelo también puede servir para moverse, avanzar, cambiar de estado en el agua. Mi flagelo hoy es no entender que mierda se quebró dentro de esa mina que hacía dieta con fuerza, y en vez de pensar en premiarse con un cuartito de helado esperaba feliz entrar en una mini para poder salir de farra. El premio era ese, y no importaba otra cosa.Seguir, seguir y seguir, hasta obtener el resultado. Es verdad que muchas otras cosas en esa época estaban para el orto, pero al menos estaba bien, me sentía bien, me veía linda. Hoy no puedo visualizarme flaca. Hoy me es impensable mi cara, mis brazos, mi panza, (mi real némesis corporal es mi panza, merece un post aparte), mis piernas, hasta mis dedos de las manos y mis pies, toda entera, me resulta imposible verme flaca, imaginarme flaca. Puede ser la punta de un hilo de Ariadna que se corta, de tanto enrollar y desenrollar. No sé, me aburro de mis soliloquios frente a la pc, cargados de inacción corporal. Tengo la puerta ahí, a unos metros, y claramente estoy evitando abrirla, por el miedo de que es lo que pueda aparecer, si la gran cubierta de grasa se va a otro lado.De qué carajos voy a quejarme si ya no tengo a mano la gordura? A qué le voy a echar la culpa para no hacer? Es peor de lo que pensaba: encima de gorda, más loca que la mierda!

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