martes, 16 de septiembre de 2014

Alicia, pero en el país de la grasa

Hoy estuve mirando una cantidad de fotos de otra época, de hace al menos unos siete años, que es cuando comenzamos a vivir juntos con mi marido. Fue una experiencia demoledora para mi autoestima...... De esa época a ésta parte, aumenté 40 kilos. Podría decirse que sí tuvimos un hijo, pero que la criatura está viviendo adentro mío todavía! Me lo tomo con humor, para no destrozar mi maltratado ego. Qué hacer ante estas situaciones? Cómo tengo que intentar volver a una situación saludable? Es verdad que en todos estos años me pasaron un millón de cosas. Viví el dolor más enorme de mi vida, que fue perder a mi viejo. Dejé una carrera, comencé otra, me recibí, mi vida fue mutando y mi cuerpo también. Pero 40 kilos son demasiado,,,,,,
Lo peor de estas situaciones, es pensar cómo carajos volver atrás, con un cuerpo que viene sufriendo día tras día los avatares de un millón de dietas practicadas y abandonadas sistemáticamente, de ayunos locos, de vómitos en alguna ocasión, de excesos casi cocainómanos pero con comida, de dietas depurativas y ridículas, de no comer o de comerme todo. Creo que mi cuerpo no entiende que carajos tiene que hacer. Si seguir obesísimo, si bajar de peso, si se viene una época de hambruna o de abundancia capitalista. No lo entiende el cuerpo y tampoco la cabeza. Creo que la raíz de todo el problema es ese, es no entender, y no definir claramente hacia donde voy y donde debemos llegar, él y yo, golpeados, cascoteados por todos los desastres que le hice hasta ahora. Creo que estoy en el momento justo para pedirle perdón por toda la mierda que le dí, y empezar a cuidarlo de verdad. Mi cuerpo que era sanito, ahora tiene problemas por todos lados. Gastritis, porque se enoja con algunas comidas, colon irritable, porque mi odio hacia mí misma se canaliza en el intestino, dolores de cabeza, dolor en las articulaciones. Es una máquina que empieza a gastarse y a funcionar mal, y no es tan sencillo como con un auto, lo vendo, y me compro un 0 km, que por unos cuantos años no debería molestar: este es el único cuerpo que tengo y tendré, hasta tanto no deje este cuerpo y no reencarne en otra cosa. Lo peor es el ánimo pesimista que me acompaña siempre, y hoy tomé conciencia de ello, cuando mi compañera de caminatas me dijo alegremente: Porqué no podés volver a estar como estabas antes, en ese peso que te hacía feliz? Y yo la entiendo, pero en este instante, y teniendo el número adelante, me parece tan imposible como escalar el Aconcagua en ojotas y shortcito, y sin agua ni protector solar.
Será solamente una cuestión de perspectiva, de positivismo, de ponerle huevo a la cosa? Será imposible? Solo depende de mí, como tantas otras cosas. Debería pensar en todo esto, antes de comerme una galleta de más, antes de cagar la dieta y cagarme la vida por la boca. Soy yo la que debe abrir la puerta y sacarme del mundo de grasa en el que vivo. 40 kilos? Cuando pasó esto? Lo peor es esa sensación de ser Alicia, caer en un hueco y recién ahí, después de mucho tiempo y como despertando de un sueño, tener conciencia de esta realidad. Como si mágicamente, esa piba flaca se convirtió en un mamut adefesio en un abrir y cerrar de ojos.  Estoy trabajando para bajar, solo debo ser un poco más tenaz, y tomarme todo esto como un cambio de por vida. Las dietas solo me trajeron a este río de grasa en el que nado hoy. Tengo que reeducarme, comprender que soy yo, y nadie más, la que puede lograr lo que se proponga. Tengo que confiar en mí, y entender que lo puedo hacer, lleve el tiempo que lleve. Tardé 7 años en subir, como Harrer en el Tíbet, y esperando que no sean 7 años los que tarde en bajar, estoy lista para emprender el regreso.  

No hay comentarios.:

Publicar un comentario