En una familia donde todas, pero todas las mujeres somos gordas, es muy difícil. Es como un karma imposible de romper. Solamente, hay que entender que no es eso, que es una situación, un momento que hay que pasar y el que nos tiene que dejar un aprendizaje, y primordialmente, que si uno se cuida el cuerpo reacciona bien, agradece y nos regala un mejor estado.
Estamos en momentos diferentes de la vida, ella es mucho más joven y quizá le cueste entender que aunque sea de a pasos chiquitos se puede llegar a Alaska. Yo ya entendí que lo que haga cada día suma, y que de esta forma voy a encontrar en algún momento un punto de equilibrio donde mi cuerpo y yo vamos a estar contentas. Sé positivamente que jamás voy a ser modelo de ropa interior, y ojo, tampoco me importa. Solo espero llegar feliz y saludable, a un peso donde me sienta una sirena y no una ballena.
Voy en camino.
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