miércoles, 11 de junio de 2014

El día del padre

Me duele todo. Las piernas, los brazos, hasta el cuello. Me parece que a mi cuerpo no le gustó hacer pilates dos días seguidos. Y el profesor se puso las pilas. Mala combinación. Mañana no voy a poder caminar!!!! Un día tremendo, un clima de mierda, todo mal. Encima tengo acidez y debe ser por la mezcla que hice; antes de ir a gimnasia me tomé un yogurt con algunos copos de maíz, y cuando volví comí maní...... Explosión estomacal. Encima de la lluvia, hoy volvió a la A Independiente, y como si hubiesen ganado el premio nobel, hubo un quilombo tremendo en la autopista, entonces volver del laburo era una tarea de riesgo. Encima estaban todos festejando por todos lados, insufrible.....
El día va a terminar bien. Es una afirmación. La cena casi está, porque fiel a mis principios, voy a reciclar, entonces solo me falta un dip y algún  purecito para acompañar la cosa en sí. Mañana es jueves, y la verdad que haber llegado a la mitad de la semana es un triunfo. Este fin de semana nos van a robar. Es el día del padre. Qué carajos me importa a mí, si mi viejo no está en este plano como para ir a darle un abrazo? El día del padre es todos los días me decía. Y como buena hija mujer, le hice caso. Doy gracias por eso. Aproveché cada segundo al lado de él. Y todavía sé que me cuida, que está conmigo cuando más lo necesito. Pobres los deudos, le decíamos cuando hablábamos de la muerte. Y él, entre enojado y ofendido, decía, pobre el que se muere! Los otros siguen viviendo!!!! Y pienso en esa soledad, que fue lo más aterrador cuando le tocó irse. Pensar y dudar hasta de mi fe, esperar que sea cierta toda la teoría cristiana y pensar que estaba con todos los que queremos que ya no están por acá, que estaba con su madre, a quien tanto amaba, su papá, mi hermano, todos. El domingo voy a acordarme de su sonrisa hermosa, de su bondad, enorme, de lo buena persona que fue, de nuestro viaje por el mundo, o por la porción del mundo que más le importaba, porque estaba su familia. Me voy a acordar de su carita, cuando volvió a ver su casa natal, tuve tanta suerte de volver con él a su verdadera casa. El domingo voy a brindar por él, por la clase de padre que fue, por la esperanza de volver a verlo y darle un abrazo infinito. Gracias Dios, por el viejo que me tocó. Gracias por tanto amor. Gracias por la fe de saber que lo voy a volver a encontrar, y que me va a guiar de nuevo. Ojalá que los que lo tienen, puedan darle un gran abrazo y aprovechar el tiempo. No solo el domingo, un día pedorro inventado por algún comerciante piola, sino todos los días. Así como me enseñó y como aprendí. Antes de todo lo que soy, fui hija. Y conmigo él se convirtió en padre. Me tocó llegar primero y que aprenda conmigo. También tuve suerte por eso. Solo me queda dar gracias, poner cara de poker para los que salude, y entender que más tarde o más temprano, voy a volver a verlo y vamos a estar plenamente felices otra vez.

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