miércoles, 25 de junio de 2014

Los piropos siempre garpan

Ayer me crucé con una conocida, la madre de un amigo que ya no es, porque se portó mal con nosotros. Esta mujer me conoce desde que era un pimpollo de 18 años. Y me fue viendo como de a poco me convertí en una magnolia gigante, rebosante de pétalos, enorme. Ayer charlamos dos minutos, ambas íbamos a otro lado, y me dice, estás más flaca, estás linda. Aaaaaw, que amor! En pilates lo mismo. Debería decirles a las dos que hablen con mi balanza, porque la muy puta no baja!!!! Lo cierto es que algo debe estar haciendo el poco ejercicio que hago, y la dieta desbalanceada que llevo. Ya lo dije y lo repito, soy una mujer inconstante.
Estamos llegando al mediodía, y tuve que recurrir a las galletas de arroz, porque no llegaba al almuerzo. Decidí hacerlo proteico, para darme un empujó de descenso. O algo. Ojalá funcione. Verán que no menciono el pucho, y es porque no lo estoy pudiendo dejar. Ya voy a poder.
Hace mucho frío, está ideal para almorzar y dormir una siesta. Es verdad! Está el partido! Posiblemente pueda dormir en la oficina y nadie lo notaría!!!! Qué país!!!!! Mis proyectos de costura siguen truncos, no puedo cortar la tela!!!! Estoy poco creativa!!! Ya quedó desierto todo. Están en la previa del partido. Me cago en el infeliz de mi jefe que no nos dejó salir. Ni siquiera mencionó el tema. Siempre, los idiotas, somos los de la oficina. Que injusto eh........ Igual, todo se paga. Ya necesitará ayuda. Veremos quien le responde.

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