Encontré una página en facebook de Brasil, donde hay una cantidad enorme de
chicas que están bien entradas en carne. Esas gordas que tienen una cara
preciosa, perfecta, y un cuerpo glotón que conserva restos de la comida que les
dieron en su cumpleaños de primer grado. Lo loco del asunto, es que muchas de
ellas están con poca ropa, en poses sensuales, y lo loco es que les queda bien!
La imposibilidad más grande para aceptar mi gordura, es que
no la soporto, es que no me resigno a que sigan pasando los años, y siga
teniendo redondeces por todos lados, a que comprarme una camisa implique un
tour por un millón de lugares, y que lo que consiga sea una mierda cara, que no
tiene que ver con mi edad. Hay muchas marcas que viendo el negoción que se
venía con las obesas, que solemos gastar más guita que los obesos, se pusieron
a fabricar remerotas, pantalonotes, pollerotas y camperazas que sirven para
cerrar una carpa de dos personas. Pero como soy del grunge, me resisto a ir a
esas tiendas. Me da bronca, y me rebelo, y por supuesto termino vestida como el
culo de un mandril con hemorroides. Lo peor es la idea de que ya pasará, y ya
me entrará mucha ropa que está en mi placard a la espera del día D.
Quizá en el momento en que acepte que mi metabolismo es
leeeeento, y que mi karma indica que debo ser un lechón sin remedio hasta el
día de mi muerte, la cosa cambie.
Lamentablemente, hoy, no es ese día.
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