jueves, 1 de mayo de 2014

Amiga

Un día muy feliz. Hablamos tanto que de a ratos tenía que tomar un mate para que la lengua no se me secara! Es muy extraño estar acá, en el mar, sin mi marido. Lo extraño mucho, y agradezco todos los días por tener un hombre tan hermoso al lado mío. Agradezco todos los días haber encontrado entre toda esta masa de gente que hay en el mundo a alguien tan especial, y que me hace feliz.
Creo que tengo mucha suerte! Estuvimos todo el día paseando, mirando el mar, y hablando, sin parar, y lo loco es que jamas se terminan los temas. Es posible? Sí. Es hermoso. Amo a mi amiga, es especial, y no hace falta hacer ningún esfuerzo entre nosotras para pasarla bien. Tengo suerte de tenerla, después de tantos años, y un millón de historias. Tengo suerte de que nos hayamos cruzado allá lejos y hace tiempo en las clases de confirmación, teniendo en cuenta que hoy no pisa muy seguido una iglesia. Ojo, yo tampoco, no seamos caretas! Es genial, tan genial, que espero que sigamos siempre estando juntas, lejos, pero cerca, de otro modo, y que cada vez que podamos, organicemos estos viajes, que como dice ella, se cagan de gusto. Todavía no lloró por extrañar a su hija, es una campeona. Es admirable lo que lucha todos los días para ser una excelente madre, y creo que lo logra, porque su hija es verdaderamente un encanto. Por supuesto no debo olvidarme de su esposo, que se hizo cargo de su hija, como no muchos padres hacen, y dio el visto bueno para el viaje.
Sin dudas tenemos suerte, en serio. Hay que darle las gracias siempre a Dios por tantas cosas buenas, porque sin duda, tenemos suerte de vivir las vidas que vivimos. La palabra justa sería felices.

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