lunes, 5 de mayo de 2014

La historia sin fin

El otro día me retó una extraña por las licencias que me tomo en la dieta. Y me puse a pensar en eso. A veces, el hecho de pensar que esto es una especie de condena, y salirse de la dieta es como una salida transitoria, tiene sentido. Si voy a vivir toda mi vida a dieta, que es lo que pretende usted de mi? No hay forma de hacer todo perfecto, sin descarrilar después. Al menos eso creo yo. Creo que la obesidad es una némesis de por vida, a la que voy a tener que combatir desde el café de la mañana, hasta la tentación por lo dulce de la noche. Y no creo que sea una justificación de gordo hacer breaks, cada tanto. Supongo que esos parates me harán de freno, cuando ya esté hinchada las pelotas de la acelga y el atún. Será posible? Si a mi me funciona, abro un centro y me lleno de guita, y a la mierda el gurú.Ojalá a mi me funcione, por ahora, el descenso haciendo las cosas mas o menos parejas, parece lento y seguro. Chequearemos la balanza mañana, para ver que pasó y volver al camino ordenadito y sin sobresaltos según lo plantea el método puro. Pero sostengo algo: si esta es la historia sin fin, que en medio tenga al menos un poco de diversión!

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