lunes, 26 de mayo de 2014

Ya lo decía Berugo

Hoy amanecí tarde, como es un clásico casi todos los lunes. Tenía preparado todo lo que debía ponerme, por lo que vestirme fue una tarea sencilla. Correr al trabajo, como Juan Manuel Fangio, haciendo luces a todo lo que se movía adelante mío. Odio a esos pelotudos que van a 80 por la mano rápida. Si tienen decidido ir a 80, porque carajos no van por la derecha? Idioteces de los conductores. Llegar y ver que la que siempre falla, vuelve a fallar. Lo genial es la prosa de la empleada del año, tiene más historias que Chatrán para contar! El día, bastante bofe, tranquilo, con mucha cosa para hacer pero sin mucha gente rompiendo los huevos. Tener la primer microreunión al llegar y sin un café previo, no da muchas alegrías. Me hicieron empezar así. Buuuuuuuu!
El resto del día bien, bien de comida, bien de pucho, no me pesé, porque sabía perfectamente que el número iba a ser una bosta, veremos que dice mañana la balancita loca. Estoy un toque hastiada de quejarme y quejarme, y que todo siga igual, que no haga nada. Estoy sin tiempo para hacer, estoy demandada por el entorno, entonces, estoy haciendo lo que puedo, que mínimamente es comer como corresponde y fumar lo menos posible. Mi compañera me contaba su comida de fin de semana, y me sentí un elfo a su lado. Come 4 o 5 veces más que yo! Que destino cruel el de los gordos! A esta hora, ya tengo ganas de dormirme. Ya no me queda mucho resto, ni siquiera me queda resto sería mejor decir. Mañana va a ser un día perfecto. Mañana voy a llegara hacer todo lo que quiero. Mañana voy a recibir solo cosas buenas. Basta de caca. Atrévase a soñar!

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